El Kiwi Day Chile 2025 realizado recientemente reunió actores de la cadena del kiwi para revisar el presente y, sobre todo, al futuro del kiwi chileno, buscando establecer una hoja de ruta que permita reposicionar a este sector frutícola en Chile y el mundo.
Bajo la moderación de Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi, se efectuó el primer panel del evento el cual abordó grandes temas: sostenibilidad del crecimiento de volúmenes, reconversión de calibres, incentivos y castigos comerciales, programas de acondicionado en destino, uniformidad y consistencia del producto, control de Psa y arañita, así como también los desafíos del System Approach en EEUU, rol de las exportadoras, y la urgencia de profesionalizar la relación productor-exportadora.
Un punto destacado del panel, fue que hubo consenso en que la actual “bonanza” de precios ofrece una última oportunidad para reconvertir huertos y procesos antes de que el aumento de oferta global apriete los márgenes. Como recalcó Álvaro Herreros, gerente comercial de la empresa Garcés Fruit y director del comité del Kiwi, “el incentivo está claro hoy; mañana serán los castigos los que ordenen la industria”.
Los énfasis de los panelistas incluido Herreros, además de Sebastián García, Category Manager Cerezas y Kiwi de Copefrut S.A., Karen Solís, ingeniera agrónoma de Dole Chile S.A.; Christian Abud. director ejecutivo Abud & Cía. Ltda. y Jordi Casas, estuvieron puestos en:
- Calidad sobre cantidad. El mercado paga calibre y sabor; los pequeños tamaños sólo seguirán siendo negocio si mantienen materia seca y consistencia.
- Uniformidad o castigo. Los incentivos positivos se agotan; la próxima señal vendrá en forma de descuentos a la fruta que no cumpla estándares.
- Tecnología en postcosecha. Acondicionamiento y detección óptica ayudan, pero el problema se previene en el huerto.
- Fitosanidad. El System Approach exige control riguroso de arañita y mayor registro de soluciones biológicas.
- Orden comercial. Programar volúmenes y comprometerse temprano eleva la vara para todos y evita la “guerra del barril”.
La primera interrogante expuesta por Carlos Cruzat, se relacionó a las expectativas de crecimiento y calibres pequeños, en concreto el representante del Comité del Kiwi preguntó “¿Cuáles son las expectativas para los próximos años en términos de crecimiento de volumen de Chile y cuánto más va a soportar el que tengamos 18 a 20 por ciento de fruta de calibres muy pequeños?, ¿Cuánto rato más vamos a poder disfrutar de esto?”.
Al respecto, Sebastián García, Category Manager Cerezas y Kiwi de Copefrut S.A., dijo: “¿Cuánto rato más? La verdad es difícil proyectar cuánto tiempo más va a tener buen resultado esa fruta. Lo que sí sabemos es que el buen resultado está en la buena fruta, y en eso es lo que nos debemos enfocar. Yo, más que esperar que se venda bien la fruta en el futuro, agradecería que se ha vendido bien en el pasado y me enfocaría en producir fruta de calidad de aquí para adelante. Es lo que los mercados nos piden, es por lo que los consumidores están dispuestos a pagar más, y es en lo que creo nos deberíamos enfocar».
Calidad y más calidad
Continuado con el análisis, Álvaro Herreros, se refirió a las señales que las exportadoras pueden dar a los productores para mejorar el producto y si habrá premios por materia seca u otros atributos. “Hoy, es necesario que trabajen de manera cercana las áreas productivas con las áreas industriales. Es sin duda una garantía de éxito.Actualmente el principal problema es que no cumplimos con las dos máximas de cualquier negocio productivo, que es la uniformidad y la consistencia del producto. Más que incentivar algo, yo creo que van a empezar a aparecer castigos. El mercado no va a tolerar la fruta que sea blanda, quemada, deforme. El incentivo está hoy día más que claro. Sí, creo que van a llegar castigos. Y el castigo no lo va a poner la exportadora, sino que lo va a poner el mercado», explicó.
En relación a las negociaciones que hacen los productores, las cuales a veces se efectúan en última instancia, el gerente comercial de Garcés Fruit, puntualizó: “El modelo hoy día es súper atractivo, porque no me exige mucho en calidad, pero creo que es un modelo que no nivela hacia arriba, sino que, lamentablemente, nivela hacia abajo. Es el momento de aprender a producir bien, para que cuando el volumen apriete estemos defendidos por un producto de calidad.”
Sobre lo mismo, Christian Abud, aseguró que es importante contar con buenos productores y negociar con las exportadoras volúmenes mayores con buena calidad y trazabilidad. “Los dos mundos pueden coexistir, pero hay que apuntar a la calidad porque así se va a pagar más y apostar a una continuidad y relaciones a largo plazo.”
Calibre y buena poscosecha
Ante la pregunta ¿Qué tan viable es reemplazar calibres chicos por grandes en los huertos actuales?, Abud dijo que “habrá que vivir dos mundos. En plantaciones antiguas siempre habrá una fracción de fruta chica, pero en huertos bien diseñados —marcos, polinizantes, manejo de riego— la curva de calibres se puede optimizar sin problema”.
Al entrar en materia de postcosecha, Karen Solís, ingeniera agrónoma de Dole Chile, señaló que “los mayores reclamos en destino son por condición: pudrición y fruta blanda. Las máquinas ayudan a detectar, pero el trabajo clave está en el campo: materia seca y sólidos solubles suficientes”.
Agregó que el 70 % de los reclamos proviene de condición: pudrición por Botrytis y ablandamiento prematuro. Las nuevas líneas ópticas retiran fruta dañada, “pero el problema se genera en el campo: cosechar con ≥15 % materia seca y 6,2-6,5 kg de firmeza es el umbral para resistir 6-7 meses de guarda. Solís añadió que el selector debe calibrarse “con datos locales, porque el proveedor europeo no recibe la mezcla de lotes chilenos; esa comunicación agrónomo-packing es vital”.
System Approach y la fitosanidad del kiwi
El panel se dio tiempo también para analizar los aportes del System Approach frente el acondicionado para las exportaciones de kiwis. Álvaro Herreros explicó que “el System Approach evita fumigar, preserva la cadena de frío y mejora la cosmética del fruto; es esencial para EEUU., Brasil y México. Mientras que el acondicionado solo funciona en mercados con logística de frío robusta; en Rusia o India aún no aplica”, remarcó.
Al profundizar en la presión fitosanitaria para acceder al System Approach, Jordi Casas, productor y asesor señaló que: “El kiwi tiene registrados solo 3 acaricidas químicos y 2 biológicos eficaces; los primeros dejan residuos y los segundos tienen eficacia <60 %. Propuso un programa integrado: liberación de Amblyseius andersoni en brotación, aceite esencial de naranja a 0,5 % en primavera y monitoreo cada 7 días con umbral de 2 ácaros/hoja.
Casas advirtió que si se detecta arañita antes de la inspección, “no hay plan B: se pierde el protocolo y la fruta debe fumigarse”.
En relación, a si, operacionalmente, el System Approach genera dificultades, Karen Solís, dijo: “No, ninguna dificultad; contamos con un sistema para Estados Unidos, Brasil y México; operacionalmente no tiene problemas, por el contrario ayuda mucho.”
Los panelistas coincidieron en que la industria debe aprovechar la actual rentabilidad para reconvertir huertos, estandarizar calibres y reforzar la sanidad. De lo contrario, cuando la oferta global crezca, serán los descuentos – y no los premios -los que ordenen el negocio.
También apuntaron a que el 2025 podría ser la última temporada para capitalizar precios récord y reinvertir en huerto y en postcosecha.