Carlos Cruzat: “Entramos al período clave del kiwi: entre septiembre y noviembre se define el tamaño potencial, la floración y con ello la próxima temporada”

Con la temporada prácticamente cerrada, la industria del kiwi en Chile proyecta un volumen cercano a 140 mil toneladas, con mercados que fluyeron con calma y un inicio incierto en Estados Unidos que terminó por disiparse; en las próximas semanas, los últimos embarques se concentraran en Latinoamérica.

Septiembre, en tanto, marca el punto de inflexión fenológico: brotación, floración y polinización exigen decisiones finas en raleo, riego, nutrición y control de heladas/PSA. Sobre este balance y las prioridades que vienen, conversamos con Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi de Frutas de Chile.

 

Carlos cruzat kiwi
Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi de Frutas de Chile.

 

¿Cómo califica el cierre de temporada en calibres y condición? ¿Qué aprendizaje hay para 2026?

Tuvimos un mejor calibre que el año pasado; la curva se movió al menos un calibre hacia arriba. La condición fue muy buena, con fruta firme y muy poca pudrición. Donde vimos problemas fue en machucones por cosechas muy rápidas y lesiones en manipulación. En mercados, EE. UU. partió lento por la incertidumbre con aranceles, pero despejado el ruido la demanda siguió fuerte; Europa también estuvo bien. En general, fue un muy buen año.

Como Comité no damos recomendaciones comerciales, pero sí observamos que Estados Unidos crece sostenidamente y que el systems approach ha permitido llegar con fruta más firme al final; en Brasil, las llegadas tardías han sido muy bien valoradas cuando se llega con systems approach.

Septiembre abre el período clave. ¿Cuáles son las prioridades agronómicas hasta floración?

Entramos al tramo septiembre–noviembre (inicios de diciembre), cuando la planta debe crecer rápido y expresar fertilidad. El objetivo es llegar a mitad de noviembre con al menos 80% del raleo hecho: sacar laterales y botones deformes o mal ubicados para que la floración tenga la cantidad justa de flores y no sobrecargue la planta.

Además, es una etapa con riesgo de heladas especialmente en septiembre: si ocurren, hay que actuar rápido contra PSA, porque la combinación helada más PSA es especialmente dañina.

¿Qué lineamientos complementan ese raleo oportuno?

La regulación de carga en octubre es crítica para favorecer la polinización; de noviembre a enero es más difícil intervenir por la demanda de mano de obra en cerezas. En riego, no hay que adelantarse sobreregando: conviene permitir oxigenación y alza de temperatura del suelo; la nutrición impulsar su crecimiento hasta la polinización. A partir de 10 cm comienzan las aplicaciones contra arañitas.

¿Cómo está cambiando el riesgo de heladas y qué inversiones recomienda?

Hoy vemos más zonas con afectación de heladas que en el pasado. Por eso, el control de heladas debe pensarse desde el diseño del huerto: por agua (si hay disponibilidad) o con hélices de viento. Incorporarlo en el equipo de riego desde el inicio suma del orden de US$3.000–5.000, y marca diferencia. En huertos establecidos, la helada junto con la PSA puede destruir madera (1–3 años), no solo yemas.

¿Cuándo activar protocolos de frío y PSA?

Desde yema algodonosa en adelante, hay que controlar eventos de 0 °C hacia abajo y reforzar el programa fitosanitario si observamos síntomas de PSA (exudaciones rojas, cortes, yemas). Septiembre es brotación ordenada; octubre es expansión de canopia y una fertilización que acompañe una buena flor.

Han mencionado una alta proyección de yemas/ha. ¿Cómo afecta la planificación?

Este año la yema/ha pos-amarra llegó a niveles históricos, casi el doble que en 2012/13. Eso no implica más potencial por sí mismo: responde a compensar la baja brotación y fertilidad y a mitigar eventuales daños por PSA. Por eso insistimos en estimar producción y ajustar carga antes de flor; un exceso de brotes y frutos deriva en polinización deficiente, calibre menor, peor calidad y sombra que condiciona la fertilidad para la próxima temporada.

¿Qué herramientas de información ofrece hoy el Comité para decidir mejor?

Dos pilares. Primero, el Programa de Monitoreo de Huertos (PMH), operativo desde 2012, con datos por ecozona accesibles en la plataforma del Comitépara socios del Comité del Kiwi de Frutas de Chile. Segundo, el boletín KiwiTec, que sale la tercera semana de cada mes y anticipa las labores del mes siguiente; lo complementamos extendiéndonos en cada tema en “Los Viernes del Kiwi” ( actividad online el último viernes de cada mes.

¿Qué tipo de métricas entrega el PMH y cómo se usan en raleo?

Monitoreamos brotes, fertilidad y botones/frutos por m². Por ejemplo, una brotación inicial puede estar entre 50–60%, y de esos brotes la fertilidad efectiva puede caer a ~45%: no todos traen fruta. Si un sector viene con pocos botones, el raleo debe ser prudente; si hay exceso, hay que anticiparlo para evitar sobreproducción de flores que desgasta la planta y termina en fruta menor. El programa de monitoreo de huertos ayuda a tomar decisiones con la información de otros huertos.

¿Qué rol juega el systems approach en esta etapa y en logística qué queda por delante?

Es clave para EEUU y Latinoamérica. En esta época, cumplir con temas fitosanitarios como el control de la arañita es fundamental para mantener la elegibilidad y terminar con fruta firme. En cuanto a la logística quedan pocas centrales que siguen operando; lo que queda se embalará en las próximas 2 a 3 semanas y se despachará en 30-45 días con foco en Latinoamérica.

Urge un programa de mejoramiento genético de kiwi amarillo para la realidad chilena

El académico de la Universidad Católica señala que, para subirse al nuevo boom de esta especie, no solo hay que hacer evaluaciones de los materiales que se introducen, sino que se debe tomar la decisión -como industria-, de desarrollar material genético para la realidad de Chile y no sólo mantenerse como espectador de Nueva Zelanda en esa área. Además, señala que esto no significa descuidar los desafíos pendientes en el kiwi verde y, en el caso de la poscosecha, el foco debe estar puesto en una calidad que permita aumentar el consumo en los mercados, especialmente proyectándose al aumento en la oferta que se producirá desde Chile.

18 de Agosto 2025Miguel Patiño

Urge un programa de mejoramiento genético de kiwi amarillo para la realidad chilena

Desde el boom de plantaciones de los años 80’, el kiwi pasó por una fuerte caída en el país debido a problemas sanitarios, de calidad y de precios.

Pero en los últimos años, ha vivido un renacer gracias a mejores precios internacionales por menor oferta de kiwi
verde, acompañado de cerca de un trabajo mancomunado entre el Comité del Kiwi, técnicos y académicos que han dado soporte a mejorar los procesos y protocolos para construir un fruto de calidad.

La tarea no es fácil, entendiendo que se han entregado criterios y recomendaciones que no todos los productores y exportadoras siguen, y reducir las brechas de calidad son procesos largos que deben incluir mejoras en aspectos como la presentación de la forma y condición al consumo como columelas duras, irregularidad en el ablandamiento y en los sólidos solubles al consumo.


Dr, Juan Pablo Zoffoli

“En el caso de Chile, su inicio no tuvo estructura ni orden (en el crecimiento del kiwi), especialmente en la calidad del producto que estábamos enviando”, señala el Dr. Juan Pablo Zoffoli, académico de la Pontificia Universidad Católica y destacado experto en poscosecha.

Según comenta en entrevista con Redagrícola, fue la creación del Comité del Kiwi el hito que permitió establecer una homogeneidad de los mínimos de madurez requeridos por el mercado, para alcanzar la aceptabilidad en la calidad comestible”.

Por ello, subraya que Chile “se atrasó en llegar con ese ‘desde’, que lo fue haciendo de a poco a través de la organización del Comité”.

-¿Cuáles son los principales indicadores de cosecha que mejoraron la calidad del kiwi chileno?

-Fue la introducción de la materia seca como indicador del potencial de azúcar que tiene la fruta. Y ahí se empezaron a establecer los primeros valores mínimos, partiendo por 15,5% y después 16% de materia seca. El valor de sólidos solubles a veces se malinterpreta porque el valor a la cosecha no tiene relación con la concentración de azúcar al consumo, sino que es la materia seca el que indica los sólidos solubles al consumo. Los sólidos solubles a cosecha son importantes porque son el indicador de la madurez fisiológica que permite que el fruto consiga la maduración de consumo una vez que es removido del almacenaje. Los esfuerzos se concentraron en establecer ese valor y así se propuso 6,2% como valor mínimo, pero no es sufi-ciente. El kiwi, particularmente el Hayward, no se ablanda correctamente, aunque cumpla con estos valores y por lo tanto se debe complementar con otras prácticas en las que todavía estamos al debe.

-¿Cómo avanzaron estos parámetros que estableció el Comité desde su creación para asegurar una buena experiencia de consumo?

-Fue la madurez de la industria, a base de asimilar información y bajarla a la realidad nuestra. Nueva Zelandia aceleró fuertemente el cambio al tratar de diferenciarse del kiwi a nivel mundial, por lo que aparecieron estándares internacionales y Chile se fue sumando a esos estándares. Creo que fue muy valiosa la generación de información propia, y la difusión de la importancia que tenían estos índices, porque es difícil exigir un valor sin una base de conocimiento que lo sustente. Además, lo interesante del Comité es que finalmente es una asociación privada y voluntaria, entonces si la gente no veía el resultado, no se subía a este buque. Pero se fue viendo el resultado en el mercado con un producto más homogéneo en cuanto a madurez. Una cosa que es bien importante recordar es que este fruto se tiene que cosechar en una madurez fisiológica que es muy distante a la madurez de consumo. Entonces todo lo que se hace durante el manejo de poscosecha afecta al resultado de la madurez de consumo. El ‘desde’ es el momento de cosecha, porque eso determina el potencial que obtendrá el consumidor; pero no es suficiente, ése es el ‘desde’. Hay cosas que hacemos y que dejamos de hacer que determinan la diferencia en el resultado del producto a nivel del consumidor y por lo tanto depende de nosotros primero entender si estamos llegando con el producto adecuado y luego cómo los protocolos de manejo poscosecha se adecúan a lo que necesitamos.

ACERCARSE A REQUERIMIENTOS DEL CONSUMIDOR

-¿Qué desafíos de poscosecha ves tú que enfrenta la industria actualmente?

-Hay desafíos bien reales de corto plazo, por supuesto en productividad, en construir el producto desde la precosecha, pero por sobre todo cómo aumentamos el consumo en los mercados donde estamos exportando y en los que estamos iniciando y, por supuesto, si queremos participar de mercados más exigentes y con otro tipo de exigencias de calidad. Uno de los grandes desafíos es acercarse a los requerimientos del consumidor de una fruta de altos sólidos solubles para equilibrar la acidez y disponibilidad de madurez de consumo, donde cada vez es más existe la tendencia a fruta lista para consumir o con tiempos dentro de una semana. El kiwi fisiológicamente tiene un ablandamiento rápido inicial pero luego se estabiliza y cuando no se maneja adecuadamente en poscosecha, el ablandamiento al consumo es irregular entre frutos y tampoco es uniforme dentro de la fruta. Requiere un mínimo de tiempo a baja temperatura para activar su maduración y, a su vez, cuando se prolonga el tiempo a bajas temperaturas, se daña. Entonces hay que tratar de preparar al kiwi para que consiga o gatille su madurez de consumo, y eso es una exigencia técnica que va a venir y que se va tener que introducir en la industria en el corto plazo. Muchas veces se siente que no hay tiempo pero se debe actuar rápido, porque cada temporada que pasa quedan muchos consumidores insatisfechos y eso es tremendo, porque esos no vuelven a comprar, sobre todo para la fruta que está con menos de 60 días desde la cosecha a consumo. En la fruta se deberían hacer distintos manejos según el tramo, de 60 a 90 días y otro para la fruta sobre 90 días a 0°C. Entonces se requiere estar presente y entender cómo se logra la madurez de consumo de esa fruta, en esos distintos períodos de almacenaje o de tiempo que está expuesta a bajas temperaturas. Y esos son protocolos que se deben ir introduciendo en la industria, de la mano del mercado.

-Actualmente un mercado fuerte es India, ¿cómo se está trabajando esto a nivel de poscosecha pensando en la distancia?

-La variedad Hayward, cuando se seleccionó frente a varias alternativas, entre otras características fue por su buena capacidad de almacenamiento, por lo tanto no tiene problema de lograr las exigencias en tiempo de transporte a India. Lo importante en ese mercado es cómo se maneja el producto en destino, especialmente en su transporte interno y almacenamiento. Por lo tanto, debemos adaptar nuestro sistema a esas fluctuaciones que ocurren una vez que la fruta llega a ese mercado. El kiwi se adapta a diferentes protocolos de manejo bastante bien, sobre todo a los ajustes en el embalaje, tipo de bolsa acondicionamiento, entre otros.

-Para el caso de Brasil, que es otro mercado que ha tomado mucho vuelo para el kiwi chileno, es muy cercano a diferencia de Asia. ¿Hay desafíos para este mercado?

-El caso de Brasil lo encuentro súper interesante, porque es un mercado que lo tenemos al lado, es un mercado que podemos hacer cosas distintas y seguirlo con un trabajo directo con las cadenas de supermercados o con recibidores que quieran orientarse al consumidor, y que el resultado se demuestre en el incremento de flujo de venta en los supermercados. Debemos estar muy encima del producto que estamos enviando, sobre todo los de fines de temporada, por el desarrollo de pulpa traslúcida. Estamos al lado, y mi mirada es que podemos hacer mucho más para aumentar el consumo ahí, con un trabajo más directo con los consumidores a través de los supermercados.

-No sólo Zespri, también los kiwis de Francia y Grecia entran en la ecuación y se disputan las góndolas brasileñas…

-Finalmente el kiwi es una especie que necesita promoción, no se vende por su apariencia, más bien lo hace por su sabor y alto contenido de vitamina C. El kiwi y sobre todo en Brasil, necesita una campaña de promoción, pero antes se debe conocer la percepción del producto por parte de los consumidores e identificar y trabajar algunas propiedades de diferenciación. Entonces es importante lo que haga el Comité en torno a generar información directa de ese mercado, lo que buscan los consumidores, y la percepción de los supermercados sobre los consumidores con el producto final; cuáles son los principales aspectos que definen su satisfacción y cuáles no, y poder enfrentarlos. Estos antecedentes sirven para construir un discurso, un relato asociado a lo que queremos identificar de nuestro producto en relación a la competencia.


Kiwi verde y amarillo en góndolas de supermercados premium en Sao Paulo, Brasil.

MEJORA CONTINUA DE PROTOCOLOS
-¿En qué pie está la investigación de Chile en Kiwi para mejorar su vida de poscosecha?

-Se han hecho muchos trabajos, se han adaptado muchas tecnologías a nuestra realidad. Hay que acordarse que la tecnología de atmósfera modificada se desarrolló en Chile para el kiwi, para nuestra realidad. Y eso ha tenido un fuerte impacto en reducir el riesgo al arribo en los mercados. Y hay que recordar que la tecnología atmósfera modificada en kiwi funciona porque el nivel de CO2 que logra la atmósfera evita la acción del etileno. Entonces, cuando llega a los mercados, el CO2 del entorno de la fruta evita los efectos negativos de las contaminaciones de etileno. Esto ha sido muy interesante, y se ha combinado con 1-MCP que ha producido efectos positivos -aunque también algunos efectos negativos-, que se ven en alguna fruta tardía. Vienen desafíos interesantes además, en el sentido de cómo combinar la precosecha con la parte de pos- cosecha. Ahí existen espacios de trabajo y creo que urge meternos en un programa de mejoramiento genético para estar proyectando el camino de largo plazo de lo que significa el kiwi amarillo o el rojo, adaptados a los problemas de nuestra realidad. Y desde el punto de vista de la investigación en postcosecha, seguimos trabajando para tratar de estructurar mejor los protocolos de manejo de temperatura, que son tan importantes en esta especie, que hay que recordar que es de un clima subtropical. Desde el punto de vista de investigación de poscosecha, están también los sistemas de control a distancia no
destructivos.

-¿De qué se trata ese sistema a distancia?

-Actualmente la cámara de atmósfera controlada en kiwi es una caja negra durante varios meses, para la fruta que está siendo almacenada y produciendo cambios importantes en esos tiempos, y la monitoreamos en forma destructiva, sacando contramuestras en las cámaras, vamos tomando esa fruta y haciendo análisis que tratan de representar lo que pasa en la cámara completa. Hoy día hay investigaciones que se están haciendo para monitorear la fruta a distancia de forma no destructiva, a través de frutos gemelos digitales, que monitorean las condiciones del ambiente y generan pronósticos de respuestas sobre su deterioro a través de modelos con sistemas de aprendizaje permanente. Esos sistemas se van a ir incorporando, así como los análisis no destructivos de materia seca que ya están disponibles, incluso comercialmente.

-A nivel productivo, ¿qué hace falta para llegar a un mejor resultado al consumidor?

-La gran ventaja que tiene el kiwi es que está tabulado en todos sus parámetros de productividad, entonces tenemos una ecuación del potencial productivo muy clara. Los productores con todo sus equipos y su relación con las exportadoras pueden conocer muy bien el nivel en que están y a qué aspirar, y así conocer por lo tanto cuál es el desafío. Nosotros estamos en una condición climática de producción de kiwi que es muy distinta a su realidad de origen y por lo tanto tenemos que un muy buen kiwi, e incluso en la forma, ya que muchos de los problemas de forma están asociados a las condiciones de estrés del verano, que hoy día se pueden manejar, sobre todo si están iniciándose con nuevas plantaciones.

-La forma del kiwi, la columela dura, además de la materia seca, han sido parte de la crítica a la fruta que se produce en Chile, ¿qué recomendación harías a los productores al respecto?

-La materia seca es clave por- que es un indicador directo de calidad y eso se maneja a través del potencial productivo y cómo organizas tu estructura productiva del año, con respecto a la estructura productiva que necesitas para el año siguiente. Afortunadamente nosotros tenemos las mejores condiciones para producir materia seca. La materia seca es fotosíntesis, y tenemos la mejor condición para producir fotosíntesis, incluso tenemos exceso. Entonces tenemos que ajustar eso con nuestro manejo del verano. Los protocolos están y hay que seguirlos, se han difundido a través de los programas del Comité. Respecto a la forma de la fruta, hay que recordar que la base desde donde se estructura el crecimiento del kiwi se forma muy temprano para el año siguiente, se forma en el verano, en las condiciones más aflictivas que tenemos para la planta. Si nosotros trabajamos bien esas condiciones de estrés de verano, vamos a tener fruta de mejor forma, se difunda esa información y creo que tenemos todo para hacerlo. En el caso del kiwi está todo estandarizado, protocolizado con números, con números, con una ecuación productiva que es importante que los productores la entiendan y la manejen. La formación de fruto deforme es una realidad nuestra, no vamos a esperar que esa información venga desde Nueva Zelanda. Esa información se ha generado acá y tenemos que seguir generándola y entendiéndola desde acá. La calidad tubular que necesitamos se tiene que entender desde nuestra realidad.

-¿Cuáles son los errores que no se pueden volver a repetir?

-Primero es muy importante que trabajemos en conjunto. Los errores típicos del pasado de trabajar cada uno por su cuenta, ojalá no vuelvan y que cada vez nos unamos, trabajemos en conjunto y que se difunda todo el conocimiento que hay para que todos estemos con los protocolos adecuados de trabajo. Esa es la base. Después, creo que es muy importante estructurar muy bien la base productiva bajo nuestra realidad e identificar cuál es el conocimiento que nos falta. Lo que no podemos repetir es seguir un crecimiento sin sustentarlo en un conocimiento de base. Y hoy día el conocimiento de base lo tenemos, pero hay que reforzarlo, por ejemplo en cómo se origina y se define la forma de la fruta. Cuáles son las variables de precosecha que inciden en la forma. Lo tenemos en forma general, pero eso hay que profundizarlo, hay que darle cada vez un sustento que uno pueda difundir con información clara. Desde el punto de vista de poscosecha, yo siento que tenemos que reforzar el concepto de la calidad de consumo de esta fruta. Tenemos que estar atentos a los mercados, nosotros mismos sacar conclusiones de si estamos logrando satisfacer lo que están pidiendo, no los recibidores, sino lo que están pidiendo los consumidores, porque al final de cuentas es desde ahí donde vamos a generar la demanda. Por supuesto que todos tenemos que participar de generar esta información, necesitamos a los recibidores para ello, necesitamos a los supermercados, pero necesitamos entender muy bien lo que está pidiendo el consumidor, sobre todo en esta fruta donde lo que nosotros, lo que nosotros embalamos no tiene nada que ver con lo que va a recibir el consumidor, por los cambios asociados desde madurez de cosecha a la madurez de consumo. Entonces eso tenemos que monitorearlo, tenemos que saber cómo se está logrando eso. No tenemos que caer en el defecto de no entender qué pide el consumidor, que es el que genera finalmente la demanda de nuestro producto, sobre todo para la cantidad de fruta que va a venir, por las plantaciones que se están haciendo. Uno puede pensar en abrir nuevos mercados, pero lo importante es consolidar y aumentar el consumo en los mercados que tenemos.


Proceso de kiwi en planta de Subsole.

DIFICULTADES AMARILLAS

-¿Qué desafíos ha presentado la incorporación del kiwi amarillo en Chile? ¿Se ha podido determinar una zona agroclimática más favorable para su producción?

-No basta con la condición climática. Esta es una especie bien sensible a su relación con el medio, no solamente el microclima, sino también con el suelo. Uno podría definir una zona climática, pero si no lo- gras convivir con los microorganismos del suelo, con un nivel de aireación suficiente, los problemas se producirán en las raíces, en el sistema vascular, que es lo más crítico para esta especie. La condición climática per sé es especial en este tipo de kiwi, tiene menos requisitos de frío, es de brotación más temprana, pero eso también aumenta los riesgos de heladas y con ello aumentan los riesgos de infección por PSA. Además en Chile ha demostrado alta sensibilidad a verticilosis.

-Respecto a la poscosecha del kiwi amarillo versus el kiwi verde, ¿qué diferencias y qué desafíos hay?
-El kiwi amarillo es completamente distinto desde el punto de vista del ritmo de maduración. Y se une al hecho de que aparece el color de la pulpa como otro requisito de calidad/color de la pulpa, que se debe cosechar cuando hay el viraje del color se haya iniciado, y muy próximo al color máximo de la variedad, porque el color no se desarrolla a 0°C, lo hace a temperaturas sobre 10°C. La principal limitante está en que el color se desarrolla tarde con fruta de baja firmeza a la cosecha. Esto está dado por la fisiología de maduración de la especie. Pongo otro problema: esta especie es sensible al daño por frío, entonces no es fácil manejarlo a temperatura ni siquiera cercana a cero grados, y trabajar a temperatura más alta implica que vas a tener más ablandamiento. Ahora, qué ha hecho la industria en general (Nueva Zelandia, principalmente): se ha adaptado a trabajar con fruta más blanda. El kiwi amarillo, también es muy sensible a los daños mecánicos, con manchas que se desarrollan incluso por el movimiento del transporte. Estas limitaciones restringen el tiempo a 60 días de poscosecha. Y eso también te abre un sistema de comercialización distinto y unas necesidades y oportunidades comerciales diferentes. En esta fruta tenemos requerimientos de calidad que tienen que lograrse muchas veces en la planta y otras veces, por materiales genéticos, tenemos que estar restringidos por el ablandamiento que toma la fruta, sumado a la sensibilidad a la baja temperatura. Ahí han surgido tecnologías o nuevas ideas para este cultivo, que es cosechar con la madurez fisiológica antes del desarrollo completo del color y desverdizar en poscosecha.

-¿Cómo llegaron a esa posibilidad de desverdizar en el kiwi amarillo y en qué variedades lo han probado?

-Eso es algo que se hace comercialmente en cítricos y en otras especies, y también en el kiwi. En el primer kiwi amarillo, el Hort-16A, se desarrolló toda la tecnología de desverdizado para este especie y se ha evaluado en otras variedades. Por lo tanto es una alternativa, donde se cosecha una semana antes, se somete a temperatura (10-15°C), y después se vuelve a bajar la temperatura a 0°C de almacenamiento, proceso con el que se evita el daño por frío. Esto está pensado para para el kiwi amarillo, para ayudar al desarrollo del color en una condición más controlada y sin la caída violenta de firmeza que se puede producir en la planta. Y por supuesto, hay que evaluarlo para cada variedad. Nosotros lo hemos evaluado en variedades que teníamos disponibles en Chile, que eran el Kiss y el Dori.

-¿En Chile hay infraestructura para hacer este proceso de desverdizado?

-Como en todo este tipo de cosas, son opciones para cierto tipo de fruta, donde muchas veces no se logran todas las condiciones. Entonces yo no lo veo como algo que se masifique, sino que es una tecnología más, disponible para ciertas situaciones, pero estamos lejos todavía de implementar este tipo de cosas, sobre todo porque todavía no hemos logrado disponer de un genotipo que se adapte bien a nuestra a nuestras condiciones de suelo y climáticas.

-¿Ves el kiwi amarillo para el futuro de Chile como un complemento al verde?

-Uno va a ser agresivo en la medida que tenga el material genético adecuado. Todos quieren tener kiwi amarillo, y hoy día se ve como complemento porque no tenemos la variedad adecuada. Ahora, esa variedad adecuada la estamos buscando a través de evaluaciones de materiales que vengan de afuera, pero también deberíamos hacerlo construyendo materiales genéticos para nuestra realidad, donde por supuesto nos podemos asociar con gente que esté trabajando afuera, pero bajo nuestras necesidades. Entonces podemos ser espectadores como minoría de kiwi amarillo, y eso lo vamos a hacer hasta que no nos pongamos como objetivo realmente desarrollar un material para nuestra realidad y recordar que, con esta especie, trabajamos con diferente nivel de ploidía, que nos ofrece mayores oportunidades y desafíos en el mejoramiento genético. Pero no solo debemos pensar en el amarillo, también está el rojo con desafíos aún mayores de poscosecha. Estos son planteamientos de industria.

-Desde el punto de vista de poscosecha, ¿qué le diría a las empresas o productores que quieren plantar kiwi amarillo?

-Que hay que ser bien responsable en esa decisión, especialmente por la baja disponibilidad que tenemos de material adaptado a nuestras condiciones sanitarias. Por lo tanto, creo que hay que partir con evaluaciones, con materiales que se tienen que probar, verificar, pero también tenemos que decir que hay muchos desafíos aún en el kiwi verde, donde tenemos desafíos importantes de poscosecha, en poder aumentar el consumo en los mercados donde tendremos un aumento importante de la oferta. Entonces yo diría que el kiwi amarillo para Chile hay que ir pasando las distintas etapas y la primera etapa es tener un material genético adaptado lo más resistente a nuestra realidad sanitaria, productivo, de buen desarrollo de color y que nos permita enfrentar los desafíos de estar en los mercados compitiendo con Nueva Zelanda

Iván Muñoz de Frusan: La edad del parronal de kiwi plantado no es un límite para su productividad si se dominan los factores críticos

¿Puede ser productivo un huerto adulto?” Con esa pregunta abrió su charla,  durante  el Kiwi Day Chile 2025 , Iván Muñoz, ingeniero agrónomo de la Universidad de Concepción , Mg. Sc. de la Universidad de Chile, y por más de 18 años en  Frusan S.A como encargado técnico del programa kiwi.

Para responder, mostró un parronal plantado en 1988 que aún rinde 55 t/ha, 6 °Brix iniciales, 16 % de materia seca y calibre medio de 107 g, con 86% de embalaje comercial, destacando que el ejemplo confirma que la edad no es un límite si se dominan los factores críticos.

Muñoz identificó cuatro grandes “tapones” que impiden aprovechar el potencial:

  • Clima – heladas y extremos térmicos.
  • Suelo – compactación o baja actividad biológica.
  • Sanidad – PSA, hongos de madera y arañita roja.
  • Gestión del huerto – decisiones tardías guiadas por el precio y no por la fisiología.

“Si el proyecto está bien ubicado, la falla suele estar en la gestión: labores atrasadas, raleo insuficiente o exceso de yemas por miedo a perder kilos”, advirtió.

Manejo de yemas y rompedor de dormancia

El profesional, asimismo relevó que, en cuanto a la carga objetivo, el rango ha pasado de 240 000 yemas/ha a casos de 350 000 yemas/ha en busca de mayor flor. Por otro lado, cuando se trata del rompedor de dormancia, enfatizó la importancia de que éste sea  aplicado de forma homogénea; ya que,  “sincroniza floración, facilita labores posteriores y actúa como primer raleo químico”, sostuvo

En cuanto a la meta, explicó que es clave lograr una  rotación pareja de brotes para raleo de botones a tiempo y calibre sobre 100 g.

En relación al follaje,  dijo que es fundamental la luz, el calcio y la defensa contra pudriciones, recomendó, mantener dos capas de hoja y corredores de luz es clave: un fruto sombreado puede contener hasta 50 % menos de calcio, aumentando el riesgo de ablandamiento.

Muñoz recordó prácticas históricas — desbrotes, corte 0 y anillado — que hoy se descuidan por la “fiebre de la cereza”, comprometiendo la inducción floral de la próxima temporada.


FDC

Suelo vivo y riego inteligente

El agrónomo mostró perfiles arcillosos sellados versus suelos mullidos con lombrices, subrayando que “el suelo define la vida del proyecto” . Propuso sistemas de riego mixto aspersión-gotero: riegos cortos para airear raíces y golpes largos para profundidad, evitando los “arrozales” que disparan pudriciones

En relación a la sanidad señaló que el System Approach exige fruta sin bromuro: se aplican tres controles tempranos con acaricidas hasta diciembre y, cerca de cosecha, productos orgánicos para bajar la carga sin residuos. “Si falla el control, no hay plan B: la fruta debe fumigarse y se pierden días de frío”, alertó.

Polinización: 16-20 colmenas/ha más polen externo

Para Muñoz, un huerto puede mantenerse competitivo mientras supere 35-40 t/ha sin perder calidad; bajo ese umbral, conviene replantar. Algunos productores ya “pagan caro” por no ralear en años difíciles: cinco temporadas y aún no recuperan los 30-40 t/ha originales.

«Europa se aplica hasta 6 kg de polen/hectárea; en Chile bastan 600 grs en dos pasadas, pero la relación semilla-calibre muestra margen de mejora»

“Cada labor tiene su momento de máxima incidencia; hechas fuera de fecha pierden 80 % de su efecto”, resumió. El mensaje final fue claro: definir el factor limitante, invertir donde duele y fijar un umbral de recambio para no hipotecar la ventana actual de precios favorables.

“No necesitamos huertos jóvenes. Necesitamos huertos disciplinados: el reloj suizo rinde 20 años; el huerto desordenado dura 10 y muere por fatiga o malos manejos”, remarcó Iván Muñoz.

Con este mapa técnico y estratégico, Kiwi Day cerró instando a los productores a preocuparse de la gestión ahora, antes de que la próxima ola de oferta global vuelva a poner a prueba la rentabilidad del kiwi chileno.

Kiwi chileno: La calidad manda, el mercado ajusta

El Kiwi Day Chile 2025 realizado recientemente reunió actores de la cadena del kiwi para revisar el presente y, sobre todo, al futuro  del kiwi chileno, buscando establecer una hoja de ruta que permita reposicionar a este sector frutícola en Chile y el mundo.

Bajo la moderación de Carlos Cruzatpresidente del Comité del Kiwi, se efectuó el primer panel del evento el cual abordó grandes temas: sostenibilidad del crecimiento de volúmenes, reconversión de calibres, incentivos y castigos comerciales, programas de acondicionado en destino, uniformidad y consistencia del producto, control de Psa y arañita,  así como también los desafíos del System Approach en EEUU, rol de las exportadoras, y la urgencia de profesionalizar la relación productor-exportadora.

Un punto destacado del panel, fue que hubo consenso  en que la actual “bonanza” de precios ofrece una última oportunidad para reconvertir huertos y procesos antes de que el aumento de oferta global apriete los márgenes. Como recalcó Álvaro Herrerosgerente comercial de la empresa Garcés Fruit y director del comité del Kiwi, “el incentivo está claro hoy; mañana serán los castigos los que ordenen la industria”.

Los énfasis de los panelistas incluido Herreros, además de Sebastián García, Category Manager Cerezas y Kiwi de Copefrut S.A., Karen Solís, ingeniera agrónoma de Dole Chile S.A.; Christian Abud. director ejecutivo Abud & Cía. Ltda. y Jordi Casas, estuvieron puestos en:

  • Calidad sobre cantidad. El mercado paga calibre y sabor; los pequeños tamaños sólo seguirán siendo negocio si mantienen materia seca y consistencia.
  • Uniformidad o castigo. Los incentivos positivos se agotan; la próxima señal vendrá en forma de descuentos a la fruta que no cumpla estándares.
  • Tecnología en postcosecha. Acondicionamiento y detección óptica ayudan, pero el problema se previene en el huerto.
  • Fitosanidad. El System Approach exige control riguroso de arañita y mayor registro de soluciones biológicas.
  • Orden comercial. Programar volúmenes y comprometerse temprano eleva la vara para todos y evita la “guerra del barril”.

La primera interrogante expuesta por Carlos Cruzat,  se relacionó a las expectativas de crecimiento y calibres pequeños,  en concreto el representante del Comité del Kiwi preguntó “¿Cuáles son las expectativas para los próximos años en términos de crecimiento de volumen de Chile y cuánto más va a soportar el que tengamos 18 a 20 por ciento de fruta de calibres muy pequeños?, ¿Cuánto rato más vamos a poder disfrutar de esto?”.

Al respecto,  Sebastián García, Category Manager Cerezas y Kiwi de Copefrut S.A., dijo“¿Cuánto rato más? La verdad es difícil proyectar cuánto tiempo más va a tener buen resultado esa fruta. Lo que sí sabemos es que el buen resultado está en la buena fruta, y en eso es lo que nos debemos enfocar. Yo, más que esperar que se venda bien la fruta en el futuro, agradecería que se ha vendido bien en el pasado y me enfocaría en producir fruta de calidad de aquí para adelante. Es lo que los mercados nos piden, es por lo que los consumidores están dispuestos a pagar más, y es en lo que creo nos deberíamos enfocar».

Calidad y más calidad

Continuado con el análisis, Álvaro Herreros, se refirió a las señales que  las exportadoras pueden dar a los productores para mejorar el producto y si habrá premios por materia seca u otros atributos. “Hoy, es necesario que trabajen de manera cercana las áreas productivas con las áreas industriales. Es sin duda una garantía de éxito.Actualmente el principal problema es que no cumplimos con las dos máximas de cualquier negocio productivo, que es la uniformidad y la consistencia del producto. Más que incentivar algo, yo creo que van a empezar a aparecer castigos. El mercado no va a tolerar la fruta que sea blanda, quemada, deforme. El incentivo está hoy día más que claro. Sí,  creo que van a llegar castigos. Y el castigo no lo va a poner la exportadora, sino que lo va a poner el mercado», explicó.

En relación a las negociaciones que hacen los productores, las cuales a veces se efectúan en última instancia,  el gerente comercial de Garcés Fruit, puntualizó: “El modelo hoy día es súper atractivo,  porque no me exige mucho en calidad,  pero creo que es un modelo que no nivela hacia arriba, sino que, lamentablemente, nivela hacia abajo. Es el momento de aprender a producir bien, para que cuando el volumen apriete estemos defendidos por un producto de calidad.”

Sobre lo mismo, Christian Abud, aseguró que es importante contar con buenos productores y negociar con las exportadoras volúmenes mayores con buena calidad y trazabilidad. “Los dos mundos pueden coexistir, pero hay que apuntar a la calidad porque así se va a pagar más y apostar a una continuidad y relaciones a largo plazo.”

Calibre y buena poscosecha

Ante la pregunta  ¿Qué tan viable es reemplazar calibres chicos por grandes en los huertos actuales?, Abud dijo que “habrá que vivir dos mundos. En plantaciones antiguas siempre habrá una fracción de fruta chica, pero en huertos bien diseñados —marcos, polinizantes, manejo de riego— la curva de calibres se puede optimizar sin problema”.

Al entrar en materia de postcosecha,  Karen Solís, ingeniera agrónoma de Dole Chile, señaló que “los mayores reclamos en destino son por condición: pudrición y fruta blanda. Las máquinas ayudan a detectar, pero el trabajo clave está en el campo: materia seca y sólidos solubles suficientes”.

Agregó que el 70 % de los reclamos proviene de condición: pudrición por Botrytis y ablandamiento prematuro. Las nuevas líneas ópticas retiran fruta dañada, “pero el problema se genera en el campo: cosechar con ≥15 % materia seca y 6,2-6,5 kg de firmeza es el umbral para resistir 6-7 meses de guarda. Solís añadió que el selector debe calibrarse “con datos locales, porque el proveedor europeo no recibe la mezcla de lotes chilenos; esa comunicación agrónomo-packing es vital”.

System Approach y la fitosanidad del kiwi

El panel se dio tiempo también para analizar los aportes del System Approach frente el acondicionado para las exportaciones de kiwis. Álvaro Herreros explicó que “el System Approach evita fumigar, preserva la cadena de frío y mejora la cosmética del fruto; es esencial para EEUU., Brasil y México. Mientras que el acondicionado solo funciona en mercados con logística de frío robusta; en Rusia o India aún no aplica”, remarcó.

Al profundizar en la presión fitosanitaria para acceder al System Approach, Jordi Casas, productor y asesor señaló que: “El kiwi tiene registrados solo 3 acaricidas químicos y 2 biológicos eficaces; los primeros dejan residuos y los segundos tienen eficacia <60 %. Propuso un programa integrado: liberación de Amblyseius andersoni en brotación, aceite esencial de naranja a 0,5 % en primavera y monitoreo cada 7 días con umbral de 2 ácaros/hoja.

Casas advirtió que si se detecta arañita antes de la inspección, “no hay plan B: se pierde el protocolo y la fruta debe fumigarse”.

En relación, a si, operacionalmente,  el System Approach genera dificultades, Karen Solís, dijo: “No, ninguna dificultad; contamos con un sistema para Estados Unidos, Brasil y México; operacionalmente no tiene problemas, por el contrario ayuda mucho.”

Los panelistas coincidieron en que la industria debe aprovechar la actual rentabilidad para reconvertir huertos, estandarizar calibres y reforzar la sanidad. De lo contrario, cuando la oferta global crezca, serán los descuentos – y no los premios -los que ordenen el negocio.

También apuntaron a que el 2025 podría ser la  última temporada para capitalizar precios récord y reinvertir en huerto y en postcosecha.

La hora de la calidad: El desafío que une a productores y exportadores de kiwi de Chile

El kiwi chileno atraviesa una coyuntura inédita y un futuro auspicioso. Según cifras de Frutas de Chile y el Banco Central, en los últimos cinco años (2019-2024) el volumen exportado cayó un 6 %, pero el valor FOB creció un 58 %, y el valor FOB por kilo pasó de USD 1,23 a USD 2,05, un alza del 68 %. “Es la fruta que más ha crecido en valor por kilo en este período”, destacó Sebastián García, Category Manager de kiwis en Copefrut S.A., durante el reciente Kiwi Day, realizado en Chile.

Chile envía kiwis a Europa, Latinoamérica, Norteamérica y Asia, con destinos clave como HolandaBrasilEstados Unidos e India. Cada mercado tiene demandas distintas de calibre, formato y condición, lo que obliga a una segmentación precisa.

“Hoy todo se vende, pero no todo se vende bien”, dijo García. Los calibres centrales son los más demandados, pero sobre ofertar programas o mercados reduce precios. De ahí la necesidad de consensuar con exportadoras un objetivo de calibre que preserve valor.

En la industria mundial del kiwi sobresale el kiwi amarillo de Nueva Zelanda y también el kiwi verde de este mismo país. Por tanto, los actores técnicos y comerciales chilenos, expertos en kiwis, coinciden en que Chile debe mejorar y estandarizar parámetros de cosecha, reducir la variabilidad entre lotes, y extender la vida postcosecha para aprovechar toda la ventana de comercialización.

La oportunidad: más valor con menos volumen

En el ciclo actual premia la calidad consistente y la segmentación fina por mercado; el riesgo es relajarse en parámetros y perder precio cuando se saturan los mejores programas, agrega Sebastián García.

Chile tiene una distribución amplia: Europa, Latinoamérica, Norteamérica y Asia, con Holanda, Brasil, EEUU e India como puertas principales. Cada uno demanda calibres y formatos distintos.

García explicó en un ejercicio de “curva objetivo”, “tomando los 8 principales destinos (≈80% del volumen) y sus preferencias, la curva 2024 debiera cargar a calibres centrales, sostener porciones de calibres grandes (que empujaron resultados) y controlar la fruta pequeña para no diluir precios”.

En relación a la experiencia comercial en fruta chica, “los 10 primeros contenedores logran gran precio; los cinco siguientes ya no”.  Por eso hay el definir tope de programa por calibre con la exportadora evita “rebasar” y mantiene el nivel de precio”.


Sebastián García

Calidad que aún puede mejorar

Para el Category Manager en Copefrut S.A, de acuerdo al aprendizaje de 7 temporadas, se han dado promedios superiores en materia seca (>16,4%) y Brix (>6,2), permiten guardar hasta 240 días con buena condición y el 2024 fue la excepción a esos promedios. Y la recomendación táctica que da García, es tratar estos mínimos como piso y no como meta; elevarlos estabiliza sabor, reduce variabilidad y da ventana comercial más larga.

Al hablar de postcosecha, defectos, mermas y cómo mitigarlos señaló que estos rangos se han observado:

  • Quemado de sol: 2,0–3,5% (se acentúa en proceso).
  • “Abanicos”: 2,4–4,0% (limita operación; debe retirarse antes de línea).
  • Marca Hyward / protuberancia: 1,6–2,3%; si rompe, herida abierta y pudrición.
  • Mancha de agua: 0,3–3,2% (lluvias/rocíos).
  • Precalibres: 2,5–7,7% (sin valor comercial; encarece proceso).
  • Pedúnculos: 1,2–3,1% (dañan fruta sana).
  • Machucón: se origina en cosecha; deriva en pudrición.

Agrega que esto tiene un impacto económico directo debido a que los defectos detectados en recepción reducen ≈18% del exportable. Menos cajas vendibles es igual a un mayor costo unitario y menos retorno.

En cuanto a buenas prácticas de guarda da algunas recomendaciones como:

  • Segregación por MS, brix, firmeza e historia (excluir lotes con pudrición, precalibre alto, heladas, desfoliación o residuos).
  • Atmósfera controlada (AC): enfriamiento pasivo (–50% T° cada 24 h hasta 0°C) + barrido con N₂ (bajar O₂).
  • Curva de calibres en bodega: meta ≤30% serie 20 para evitar concentraciones difíciles de programar; en 2023–2024 se observó >40% serie 20, complicando la venta.

También García hizo referencia a la necesidad de contar con certificaciones bases como: Global G.A.P. y LMR por destino. También de otras que son adicionales por mercado o por cliente como: FSMA (EE.UU.), GRASP (Europa), LIV (sustentabilidad), PN11.

En relación a las plagas abordó la preocupación por la protección ante la Brevipalpus chilensis (arañita roja) y Pseudococcus (chanchito blanco) e hizo relevancia en que para EEUU., Brasil y México existe System Approach el cual evita fumigación con bromuro de metilo, lo que permite a la fruta llegar en mejor condición, con menos mermas y obtener posibles ahorros logísticos, siempre que se cumpla el protocolo.

En su mensaje el expositor dijo a la industria que “la fruta no se vende sola”. Otros orígenes aprovechan campañas y suben ventas; Chile debe invertir en promoción y alinearse entre productores-exportadores para sostener precios.

Enfatizó en avanzar en la gobernanza sectorial y la relevancia de asociatividad para no retroceder, dijo que la invitación actual es nivelar hacia arriba: “Ahora es el momento de hacer los cambios… depende de todos nosotros”.

En segunda versión del Kiwi Day: Industria chilena de esta superfruta analizó hoja de ruta para el futuro del kiwi chileno

Análisis de los temas estratégicos que permitan la competitividad futura de Chile como exportador de kiwi desde el hemisferio sur, fueron parte de las reflexiones del «Kiwi Day 2025», donde más de 700 productores, exportadores, técnicos y autoridades visualizaron cómo consolidar una hoja de ruta para la industria chilena del kiwi. Organizado por Comité del Kiwi, conjuntamente con RedAgrícola, la jornada se llevó a cabo el 31 de julio de 2025, en Monticello (San Francisco de Mostazal, Región de O’Higgins, Chile).

En formato presencial, la jornada contó con tres módulos temáticos (mercado, variedades y gestión productiva), además de paneles de conversación y charlas comerciales.

El encargado de abrir la jornada fue Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi, quien entregó panoramas globales de consumo, volúmenes y variedades de esta súper fruta, en su exposición “Tendencias Mundiales del Kiwi 2025 -2040”.


Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi

Cruzat, destacó el nuevo impulso del sector, marcado por un mayor consumo mundial de kiwis, especialmente de personas jóvenes que valoran los atributos de super fruta. “Chile está con una producción cercana a las 144.000 toneladas. Desde 2020 se han plantado en incrementos progresivos cerca de 1500. Si seguimos esa tendencia, considerando un promedio de 800 ha año, podríamos llegar a 4.500 hectáreas nuevas y estar exportando 220.000 toneladas para 2030”, observó.

Agregó “El hemisferio norte está dominado por China, Grecia e Italia. En el sur, Nueva Zelanda lidera con 460.000 toneladas de amarillo y 230.000 de verde, mientras Chile mantiene 145.000 toneladas, principalmente en verde. Ambos países somos un complemento a la producción del hemisferio norte”.

Enfatizó que el kiwi verde debe ser más dulce y rico de comer, entregando una experiencia de consumo que permita la repetición de compra, para competir con el amarillo, que hoy es el referente en sabor por su baja acidez y mayor dulzor.

El representante del Comité destacó el rol del consumidor joven: “Los Centennial (18 a 28 años) serán quienes compren el kiwi que hoy estamos plantando. Tenemos campañas en India, Brasil, México y EEUU, para aumentar el consumo per cápita, países con alto potencial y que hoy se encuentran entre los con menor consumo per capita”.

En cuanto a precios, señaló que éstos han subido un 100% en los últimos 20 años, puntualizando que este crecimiento no ocurre porque haya menos fruta, sino «porque el mundo está dispuesto a pagar más por calidad. El kiwi se posiciona como superfruta y puede duplicar su participación en la canasta mundial de frutas al 2050,  donde se espera que alcance el 2% de participación», argumentó.

Añadió: “Aunque el amarillo, es lo que más se demanda, hay un importante espacio para el kiwi verde, pero solo si es excelente. Debemos dejar de pensar que el precio lo dicta la variedad; lo dicta el consumidor satisfecho con el sabor y la experiencia de consumo”, dijo el presidente del Comité del Kiwi.


Kiwi Day 2025

Es importante destacar que el Comité del Kiwi reúne a productores y exportadores de kiwis a lo largo del país, por lo mismo, contó con la participación de los máximos dirigentes de estos organismos como el presidente de Frutas de Chile, Iván Marambio, quien destacó la gran convocatoria del evento, lo que a su juicio, da cuenta del interés que existe en la industria de trabajar unida por un mejor futuro. “Ver este salón repleto es bien impresionante. Ver cómo las personas se motivan con encuentros como estos es clave para caminar hacia un futuro común. Aquí se han analizado temas sobre la calidad, cómo ofrecer una experiencia de consumo que sea sublime,  así como también la importancia de promocionar lo que hacemos. La fruta no se vende sola, necesitamos promoción, necesitamos inversión y trabajar unidos; no solamente los exportadores, los productores,  sino que todos los stakeholders en pos de mostrar la marca Chile, el origen Chile y así llegar con un producto extraordinario a todos los mercados mundiales”, observó.

En la misma línea, el presidente de Fedefruta, Víctor Catán, hizo un recuento de lo que fue esta jornada: “Fue un evento de una gran factura y organización, por lo que me permito felicitar a al equipo del Comité del Kiwi, a los panelistas por sus aportes y generosidad, así como   a los productores y la industria presente. El kiwi es una alternativa de producción y el que lo hace bien puede generar un producto atractivo para el mercado y obtener buenos resultados”.

Desafíos comerciales y producto de calidad

La jornada continúo con un análisis de los “Desafíos comerciales de la industria chilena”, a cargo de Sebastián García, Category Manager Cerezas y Kiwi de Copefrut S.A., quien durante su exposición destacó“Hoy todo se vende, pero el escenario cambiará aumentando las exigencias. La curva objetivo que deberíamos tener,  debería estar cargada a los calibres centrales, que son los más demandados. También los calibres grandes han ayudado a que los resultados hayan sido buenos, pero debemos  tener un control sobre la fruta más pequeña que en el futuro, con más oferta, su espacio se verá reducido”, señaló.

García explicó que, con los volúmenes que estamos proyectando, necesitamos mantener todos los mercados activos, todos los programas funcionando y enfocarnos en la alta calidad del producto. Por eso, es importante la construcción de la fruta que necesitan los mercados. Siempre hay que construir la fruta desde el huerto con un objetivo claro que debemos compartir como industria. Debemos tener metas de calibres conocidos y compartidos,  al igual que los parámetros de calidad de la fruta. Que tengamos los parámetros de cosecha correctos para lograr el potencial del buen sabor y encantar al consumidor”, remarcó.


Sebastián García

La exposición “Kiwi chileno: cómo consolidar un producto de calidad”, estuvo a cargo de Karen Solís, ingeniera agrónoma de Dole Chile y Christian Abud, director ejecutivo de Abud & Cía., con más de 15 años de datos y experiencia técnica, Abud señaló que la mayoría de los problemas del kiwi provienen de factores manejables. Desde el terroir hasta el manejo de raíces y polinización, el llamado es claro: “El futuro del kiwi se construye con ciencia, equipo y sostenibilidad”, precisó, agregando que muchos de los defectos que frenan la competitividad del kiwi son manejables con estrategias adecuadas en poda, raleo, riego, polinización y nutrición. “La fruta mal polinizada o con golpe de sol, muchas veces viene de una planta mal hidratada. No es solo la radiación directa, sino la comodidad fisiológica de la planta”, adicionó.


Christian Abud

Por su parte, Karen Solís, hizo un análisis desde la  postcosecha, orientado a visualizar cómo consolidar un producto de calidad. “El kiwi que necesitamos en primera instancia, debe cumplir con todos los requerimientos de los mercados y clientes. Debe ser un producto consistente, homogéneo en calidad y condición. Y por último, debe cumplir con la expectativa y exigencias del consumidor final. ¿Cuáles son estos requerimientos de mercados y clientes? Hay dos cosas que son base. Todos los productores deben tener certificación Global Gap y además deben cumplir con los límites máximos de residuos permitidos para los distintos destinos, así como también contar con todas las certificaciones específicas que estén pidiendo en los destinos y canales comerciales donde queremos llegar con nuestra fruta”.


Karen Solis

La profesional, enfatizó en la necesidad de contar con frutos equilibrados nutricionalmente, frutos sanos, libres de plagas y enfermedades, buenas materias secas, firmes y con el mínimo de dispersión. Fruta con buena forma y distribución de calibres.

Portainjertos y Nuevas Plantaciones

En el módulo sobre portainjertos y nuevas plantaciones participó Jordi Casas, ingeniero agrónomo y director técnico de Caducos SpA., nuevas plantaciones y claves para el éxito, junto a  Raimundo Cuevas, gerente técnico de Abud & Cía. Ltda. y vía video Mirco Montefiori, director de New Plant Italy y representante de variedades europeas.

Jordi Casas, en su exposición “Variedad: Aterrizando expectativas”, señaló que a pesar de la creciente oferta de variedades amarillas y rojas en el mundo, la rentabilidad del kiwi verde ha mejorado siendo una excelente alternativa. Por lo tanto, a juicio del profesional, Chile debe aprovechar su ventaja estacional y consolidar su experiencia con Hayward, remarcó que el desarrollo varietal requiere pruebas en terreno, manejo técnico ajustado y una vigilancia constante del problema del Verticillium, el cual ha sido la principal limitante para las nuevas variedades.


Jordi Casas

“El Hayward chileno esta teniendo una  rentabilidad difícil de igualar hoy por otros proyectos de fruta”, indicó. Según Casas, la combinación entre buena postcosecha, infraestructura consolidada, conocimiento técnico y redes de exportación hacen del kiwi verde chileno un producto “confiable y valorado internacionalmente”.

Raimundo Cuevas, gerente técnico de Abud & Cía., experto en fertirriego y producción, explicó acerca de nuevas plantaciones y claves para el éxito. En su exposición detalló los factores críticos que definen una plantación exitosa de Hayward, poniendo énfasis en el terroir, el diseño agronómico y la calidad de la planta, y especialmente en la zona dónde decidimos plantar.   “Si elegimos bien el lugar, podemos llegar a 50 toneladas por hectárea con fruta premium”, afirmó y presentó un mapa detallado de zonas aptas para el kiwi chileno y también las limitaciones que enfrenta cada zona.

Añadió que, “no basta con querer plantar kiwi. Hay que saber dónde y cómo, hay que evaluar con rigurosidad cada nuevo proyecto, apoyarse en datos técnicos, y trabajar con visión de largo plazo. Las decisiones que tomamos hoy definirán los resultados de los próximos 20 años”.


Raimundo Cuevas, gerente técnico de Abud & Cía

A través de video Mirco Montefiori, director de New Plant Italy y presidente del club varietal Dulcis Kiwifruit Company, señaló que el kiwi verde aún tiene espacio para innovar, pero el cambio requiere rigor técnico, habló del estado global del mejoramiento genético del kiwi, con énfasis en la necesidad de manejar con rigor técnico tanto nuevas variedades como portainjertos. El profesional, hizo especial énfasis en Dulcis™, una nueva variedad de kiwi verde desarrollada en Italia como respuesta a la necesidad de ofrecer una fruta con mejor sabor, mayor dulzura y mejor conservación, sin perder las características tradicionales del kiwi verde.

Dijo que esta variedad es una Actinida chinensis y que representa una evolución del Hayward, pero con atributos organolépticos superiores y más adecuados al gusto moderno del consumidor europeo y global.

Productividad y agregar valor en destino

Otra presentación importante de la jornada fue: «Cómo elevar y mantener productividad y calidad en huertos actuales»,  desarrollada por Iván Muñoz, ingeniero agrónomo de Frutera San Fernando S.A.El  profesional comenzó su intervención con la gran pregunta que enfrentan muchos productores: ¿Es posible elevar y mantener productividad y calidad en huertos de kiwi ya adultos?


Iván Muñoz, ingeniero agrónomo de Frutera San Fernando

La respuesta fue enfática: Sí, es posible, siempre que se apliquen métodos de manejo técnico, precisión agronómica y planificación por etapas. Muñoz desmitificó la idea de que la edad del huerto es sinónimo de estancamiento, y centró su presentación en cuatro pilares estratégicos:

Puntos clave del manejo técnico, según Muñoz:

  • Dormancia y yemas: Uso de rompedores de dormancia para aumentar brotación y sincronizar floración. Pasar, por ejemplo, de 240.000 a 350.000 yemas/ha puede tener un impacto directo en calibre y materia seca.
  • Follaje: Mediante poda en verde y desbrotes, se mejora la iluminación y ventilación, fundamentales para fruta de calidad y yemas fértiles.
  • Suelo: Mantener la“vida útil del kiwi” a través de un suelo vivo por medio de  enmiendas, riego y nutrición balanceada, cuidando aspectos físicos, químicos y biológicos.
  • Sanidad: Control fitosanitario orientado a calidad comercial, conservación y acceso a mercados exigentes.

Detalló que cada etapa del ciclo productivo tiene ventanas de impacto distintas, desde poda y raleo hasta manejo de machos, cosecha y caída de hojas. “Presionamos sobre el potencial productivo en cada etapa, pero si no hay planificación, esa presión puede dañar más que ayudar”.

Luego fue el turno de Gonzalo Gajardo, gerente comercial de Subsole S.A., quién analizó el tema: “Evaluación económica de nuevos proyectos, inversión, costos y retornos”. Desde un enfoque práctico abordó la viabilidad de invertir en nuevos proyectos de kiwi, destacando que hoy existe una ventana estratégica para apostar por un producto de excelencia.


Gonzalo Gajardo, gerente comercial de Subsole S.A.

Gajardo repasó la evolución del negocio en Chile, señalando que, si bien los “retornos netos” han sido históricamente bajos -, hoy la situación es distinta en positivo. “Vemos retornos mucho más atractivos, especialmente en el kiwi amarillo, que ha logrado destacar por su calidad, condición y conquista de los mercados internacionales”.

El profesional de Subsole resaltó que los “desequilibrios en la producción global” representan hoy una oportunidad para Chile: “Tenemos fruta con buenos calibres, con certificaciones, y con consumidores que la están esperando. La resiliencia no es un atributo menor”.

Con imágenes de supermercados como Waitrose en el Reino Unido, Gajardo mostró cómo el kiwi amarillo ha conquistado nichos de alto valor. Desde el packaging hasta la experiencia del consumidor (“pártelo, cucharéalo y cómelo”), todo apunta a agregar valor en destino.

En tanto, los “Desafíos fitosanitarios de la especie kiwi”, fueron abordados  por el ingeniero agrónomo, magíster en ciencias, Héctor García, gerente general de Laboratorios Diagnofruit Ltda., quien explicó que ,  “el kiwi es un cultivo de pocas plagas, pero eso no significa que no tenga problemas graves”.


Héctor García

Detalló a algunos enemigos silenciosos que amenazan la productividad, calidad y sustentabilidad del cultivo, como plagas y enfermedades. Desde la pudrición gris, el cancro bacteriano y la verticilosis como una nueva amenaza.

La pudrición gris, causada por Botrytis cinerea, es una enfermedad de postcosecha que puede causar pérdidas significativas. El cancro bacteriano, causado por Pseudomonas syringae pv. actinidiae (Psa), afecta a las plantas y puede causar la muerte, especialmente en variedades de kiwi amarillo. La verticilosis,  es una enfermedad vascular que puede causar marchitamiento y muerte de las plantas. En Chile, observó,  el  Verticillium ha causado grandes problemas para el desarrollo de variedades amarillas, por lo que abordar su manejo y control es el principal desafio para el establecimiento de nuevas variedades.

“El manejo fitosanitario moderno no se limita al control químico. Se trata de equilibrio, de conocer el entorno y de construir una historia productiva”, explicó García, enfatizando la importancia de monitorear tanto dentro como fuera del predio, comprender la dinámica del cambio climático y mantener el registro de cada intervención para anticipar los brotes.

“La industria debe involucrarse activamente en la investigación, definir prioridades y financiar junto al Estado. Chile necesita una estrategia fitosanitaria de largo plazo”, concluyó.

Paneles de conversación y salón comercial

Durante el Kiwi Day, además,  se realizaron dos paneles de conversación para ir definiendo la hoja de ruta del kiwi chileno, con la presencia en ellos de Sebastián García, Karen Solís, Christian Abud, Jordi Casas y Álvaro Herreros (director del Comité del Kiwi), moderado por Carlos Cruzat. Y el otro en que participaron Raimundo Cuevas, Hugo Poblete, Héctor García, Iván Muñoz y Gonzalo Gajardo, moderado por Elizabeth Kohler.


Panel II, moderado por Elizabeth Kohler

En paralelo en la zona comercial que contó con más de 30 expositores — incluyendo Dole, Jingold, Abud & Cía., Anasac, Unitec, Tierraverde, FrostBoss, Beeflow, entre otros — se realizaron espacios de networking donde se conectó a miembros de la cadena agroindustrial y exportadora del kiwi.


Panel I, moderado por Carlos Cruzat

Además, en el Salón Amarillo,  se realizaron paralelamente exposiciones sobre “Heladas en el kiwi: el agua como alternativa de defensa”, entregada por Felipe Cáceres (Tierraverde); “Ojos digitales en el campo” por Matías Delpiano (Anasac Digital Solutions), “Control de heladas con viento”, por Juan Pablo Calvo Cruz (FrostBoss Chile); “Proyecto Kiwi Jingold en Chile”, por Julio César Arias (Jingold Chile Spa); “Manejo profesional de la polinización”, por Matías Viel (Beeflow) y  “Nutrición como defensa”, por Ximo Saurí (Los Andes Fruit – Dorì International).

Kiwi chileno brilla en invierno por su alto aporte de vitamina C y fibra

feb15_03Con un potente perfil nutricional, el kiwi se posiciona como uno de los superalimentos más recomendados para la temporada invernal, gracias a su alto contenido de vitamina Cfibraantioxidantes y compuestos bioactivos que fortalecen el sistema inmunológico, mejoran la digestión y ayudan a combatir enfermedades respiratorias.

Según estudios publicados en Nutrients y Journal of Nutritional Science, una porción de kiwi verde (aproximadamente 100 g) aporta más del 150% del requerimiento diario de vitamina C, superando incluso a frutas cítricas como la naranja. Esta vitamina es clave para la formación de colágeno, la regeneración celular y la protección frente a virus estacionales.

Chile, uno de los principales exportadores mundiales de kiwi, destaca por la alta calidad de su producción, particularmente en las regiones del Maule y O’Higgins, donde el clima templado y los suelos fértiles favorecen el desarrollo de frutos con excelente sabor, textura y alto contenido de nutrientes. La variedad más común, el kiwi Hayward, se cosecha entre abril y junio, coincidiendo con el inicio del invierno en el hemisferio sur.

“El kiwi chileno no solo destaca por su sabor, sino por ser un verdadero alimento funcional. Su consumo regular puede contribuir a mejorar la inmunidad, reducir el estrés oxidativo y prevenir el estreñimiento”, señalan investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile.

Además de vitamina C, el kiwi contiene vitamina E, folato, potasio, magnesio y actinidina, una enzima natural que favorece la digestión de proteínas. Su alta cantidad de fibra soluble lo convierte también en un aliado para la salud cardiovascular y el control glicémico.

En tiempos de mayor riesgo de infecciones respiratorias, su ingesta diaria puede reducir la duración y severidad de resfriados comunes, especialmente en adultos mayores y niños, según concluyó un estudio de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), uno de los más citados en este campo.

En un estudio publicado en The British Journal of Nutrition, los investigadores encontraron que esta fruta mejoraba la vitalidad y el estado de ánimo desde los cuatro días de iniciado el consumo en personas con déficit de vitamina C.

Con su creciente reconocimiento científico y su disponibilidad estacional en mercados nacionales e internacionales, el kiwi chileno se perfila como un alimento clave para afrontar el invierno con salud y sabor.

Pronto ya llega Kiwi Day 2025 Chile

Próximamente se realizará el evento anual del kiwi, organizado por Redagrícola y el Comité del Kiwi de Frutas de Chile, el que se realizará el 31 de julio en Monticello, y reunirá a toda la cadena de valor de esta fruta: productores, técnicos y exportadores para debatir tendencias, desafíos fitosanitarios y varietales, y fortalecer la industria local.

Kiwi Day 2025 ofrece conferencias magistrales, paneles técnicos y talleres para mejorar la calidad y posicionamiento del kiwi chileno, con ponencias de expertos nacionales e internacionales en un encuentro clave para el sector.

Con un formato intensivo, Kiwi Day iniciará con una bienvenida seguida de una charla sobre tendencias mundiales del kiwi (2025‑2040), impartida por Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi.  Continuará con ponencias clave como “Desafíos comerciales de la industria chilena”, “Cómo consolidar un producto de calidad” y debates sobre portainjertos, variedades y nuevas plantaciones.

El programa contempla tres módulos:

  • Mercado: perspectivas globales y posicionamiento del kiwi nacional.
  • Variedades y plantaciones: innovación fitogenética y adaptación.
  • Gestión productiva: énfasis en productividad, calidad y sanidad vegetal

También habrá paneles técnicos con figuras relevantes como Karen Solís, Christian Abud, Jordi Casas, Raimundo Cuevas y Héctor García, y un espacio de reuniones y exposición comercial con más de 30 stands de proveedores del sector.

Análisis de la acumulación de frío y el pulso de la temporada en un nuevo episodio de ‘Viernes del kiwi’

Expertos se refirieron a las proyecciones de la campaña luego de los registros dentro del promedio de acumulación y calidad de frío, apuntando además a las labores necesarias de los próximos meses para mentener huertos productivos y no caer en el círculo vicioso de los bajos calibres.

30 de Junio 2025Equipo Redagrícola

Análisis de la acumulación de frío y el pulso de la temporada en un nuevo episodio de ‘Viernes del kiwi’

Como ya es tradición, el último viernes del mes viene cargado con información relevante, actualizada y contingente sobre el cultivo del kiwi.

Y para abordar estos temas, Raimundo Cuevas, gerente técnico de Abud y Cía, se refirió al avance de la campaña kiwera poniendo foco en un tema clave en este encuentro virtual: la temporada ya lleva cerca de 400 horas acumuladas de frío en la mayoría de las zonas donde realizan mediciones desde hace más de 10 años.

La cifra está en un rango promedio de la última década, e incluso señala que están incluso por sobre la acumulación en zonas como Sarmiento, Sagrada Familia, Molina, Longavi o Graneros.

“En el kiwi nosotros necesitamos unas 600 horas de frío para arriba, y estamos bastante bien. Podríamos decir que el límite es 550 horas, pero creemos que vamos a llegar a la fecha de aplicación de cianamida con las horas frío más que cumplidas”, señaló Cuevas en el encuentro mensual.

De hecho, comentó que “si proyectamos que julio fuera un mes de acumulación medianamente normal, deberíamos llegar sin problemas. ya que debiéramos acumular 300 horas, fácilmente”. Por otro lado, indicó que a nivel de porciones de frío, también están cerca del promedio histórico, aunque un poquito por debajo.

“Estamos viendo que hemos acumulado mucha cantidad de frío en los últimos días, aunque no de tanta calidad, pero debiéramos estar cumpliendo o estar dentro de un rango de promedio histórico tanto en horas como calidad de frío. Así que eso va a ayudar mucho a la fertilidad y al porcentaje de brotación, que puede ser muy bueno este año”, detalló Cuevas.

El experto de Abud y Cía adivirtió eso sí durante su presentación que el año pasado si bien hubo un año récord de acumulación de frío, eso no se tradujo en una alta fertilidad. “Muchos recordarán que el año que recién pasó fue un año malo de fertilidad. Tuvimos muchos brotes sin fruta y poca fertilidad en cuanto a número de botones por brote”.

PREPARACIÓN DE LOS HUERTOS 

Otro de los temas que se conversaron fue las proyecciones de lo que viene en el campo para los kiweros, con las podas y un aviso para los próximos meses, relativo a dejar exceso de follaje.

“Nosotros competimos mucho con la cosecha de cereza. De hecho, muchos productores de kiwi tienen cerezas, y si no hice la pega en octubre, que es cuando tengo la mano de obra antes de que empiece la locura de la cereza, después cuando tengo el follaje emboscado y me doy cuenta en noviembre o diciembre que me quedé lleno de sombra, nadie te va a querer venir a trabajar eso”, advirtió Cuevas.

En ese sentido, el asesor Iván Muñoz, que también participó en esta conversación, detalló otras problemáticas que también se han sumado en esa línea, como que se han empezado a dejar más yemas por hectárea, con productividades que no han sido las mismas o que con suerte se han mantenido.

“Si se revisan las curvas de calibre año a año, están más bajas, con kiwis que hace 10 años pesaban 100 o 110 gramos, y ahora han bajado a 89 o 90 gramos, precisamente por la alta cantidad de follaje y fruta que dejamos arriba. Hemos diluido vigor”, sentenció Muñoz.

En ese sentido, el asesor comentó que hemos caído en “un círculo vicioso, por esas labores de octubre que se dejan de hacer y crecemos todo el verano bajo la sombra, con lo que le pegamos la fertilidad del año siguiente. Entonces año a año vamos a tener que ir metiendo más yemas”, indicando que se termina cayendo en una escalada por no hacer las labores a tiempo, cuando el trabajo debería estar enfocado en aumentar la productividad.

Para ver o volver a revisar esta nueva edición del viernes del kiwi en su quinta edición, puedes escucharlo próximamente en su versión Podcast en nuestro canal de Spotify.

Nuevo episodio de ‘Viernes del Kiwi’ abordó lineamientos de poda, poscosecha y guarda del fruto

Nuevo episodio de

Este pasado viernes se realizó la cuarta versión de los “Viernes del Kiwi”, organizado de forma conjunta por el Comité del Kiwi y Redagrícola, y que se realiza los últimos viernes de cada mes para que los productores y miembros del comité conozcan el presente del cultivo y accedan a información clave para la temporada.

El encuentro, que se realiza de forma virtual entre 9 y 10 de la mañana, contó con la exposición del asesor de Abud y Cía, Raimundo Cuevas, quien repasó algunos de los manejos claves para el cultivo en el mes de junio, relativos a la poda y a las estrategias recomendadas para el huerto.

Uno de los punto que destacó Cuevas durante su exposición fue la poda sanitaria, sobre todo pensando en huertos que tienen incluso más de 35 años.

“Ya sea por las heladas, por la edad, por los manejos, que han ido decayendo, muriéndose por enfermedades de la madera, PSA y otros, es súper importante que empecemos antes de la poda a hacer esta limpieza de elementos secos, de brazos, que ya están decayendo de manera de poder renovarnos. También es súper importante que durante la temporada ojalá vayamos dejando renovaciones que salgan desde el tronco”, comentó.

En esa misma línea, comentó esta limpieza es necesaria porque “los hongos de madera empiezan a atacar desde la punta del brazo hacia abajo. Mientras yo esté más cerca del tronco o del suelo más sano, voy a tener ese crecimiento y más opción voy a tener de renovarme. Hoy día tenemos huerto de más de 35 años produciendo 40 o 45 toneladas que los tenemos renovados completos en este sistema más de multieje o de renovación de brazos. Por lo tanto al hacer la poda sanitaria, yo voy también dándole espacio a las renovaciones y también voy facilitándole la pega al podador”.

La idea -señaló-, es “no perder el tiempo en dejar material enfermo, sino que le voy a dejar los espacios al podador para que deje el material sano”.

LO QUE SE ESTÁ VIENDO EN LAS LÍNEAS DE PROCESO

Este nuevo episodio contó también con una conversación con las encargadas de poscosecha de las exportadoras Dole, Karen Solís, y de Subsole, Rosario Cuevas.

Las especialistas comentaron cómo se ha comportado la recepción de frutas respecto a temporadas anteriores, y también como ha evolucionado la calidad y condición de los kiwis que reciben.

Cuevas señaló al respecto que actualmente “tenemos una mejor condición y también materia seca. Pudimos medir y comparar con el año pasado y tenemos 0,9% más de materia seca, llegando a un 17% de materia seca ponderada, que es súper buen número”.

Respecto a la forma, la experta comentó que estuvo muy parecido al año pasado, y con presiones parecidas, aunque destacó que hubo una baja en la curva de calibre.

“Tenemos una menor presión de pudrición peduncular. Pero sí empezamos a ver pudriciones por heridas. Tenemos que ponerle mayor énfasis a las cosechas y transmitírselo a los productores, porque en el fondo estamos viendo daños por uña que después se pudren, o de repente un mal manejo con cosechas muy bruscas, que también genera heridas, y esto sí se ve en el packing”, comentó Cuevas.

CONTROL DE ETILENO

Otro de los temas abordados por las expertas en poscosecha fue cómo manejan el etileno, clave en la vida poscosecha de la fruta.

En ese sentido, Karen Solís de Dole señala que hacen análisis semanales para las mediciones de etileno, pero que eso además va acompañado de un control de la contaminación.

“Por ejemplo, en en cosecha, cuando estamos recepcionando, nosotros usamos solamente grúas eléctricas, nos preocupamos que no haya grúas a combustión. Cuando llegan los camiones a la planta, solicitamos al chofer que por favor pare los motores, de manera que no contaminemos los lugares donde estamos recepcionando la fruta.
y en Cámara, nosotros buscamos niveles no detectables, de existir alguna detección de etileno”.

Por ello, describe que aumentan los ciclos de los quemadores en las cámaras y verifican a los 2 días “para ver esto  bajó la detección y llegamos nuevamente a no detectables, para verificar que el procedimiento fue el correcto”, concluyó.

El capítulo estará disponible en los próximos días en nuestros canales de YouTube Spotify